(Traducción al castellano, al final)
3 textos per conèixer a Lluís Companys, en ocasió de l’aniversari del seu afusellament (15 d’octubre)
El 15 d’octubre d’enguany es compleix el 74è aniversari de l’execució de Lluís Companys, qui fou president de la Generalitat de Catalunya. El règim pujolista, en el qual encara vivim, el considera un heroi: l’únic “president democràticament escogit que fou afusellat”, diuen, i per la qual cosa l’hi dediquen carrers i places arreu de Catalunya. Però la realitat és ben diferent.
Lluís Companys fou un perill per a la convivència catalana. Cada cop més radicalitzat, fou responsable d’un cop d’Estat contra la II República, així com responsable de nombrosos assassinats. Fou, per tant, un botxí, i no pas una víctima com ens volen fer creure.
Aquest blog ja ha publicat alguns articles sobre el personatge, entre els quals recordem els següents:
1.- “Lluís Companys, ‘el pajarito’: màrtir o botxí?”, escrit per Lo Tocagaites del Bages, és una excel·lent semblança del personatge que ens mostra la seva vessant –amagada i ignorada actualment– de botxí d’altres catalans.
2.- “El 6 de octubre de 1934: proclamación de la República catalana por Lluís Companys”, és la reproducció un epigraf del llibre “Otra historia de Cataluña”, de Marcel Capdeferro, que fa referència al cop d’estat contra la II República que va perpetrar en Companys. Fou una proclamació per riure, pròpia d’un acudit de Gila. I acabà amb en Companys a la presó.
3.- “Lluís Companys: la veritat no necessita màrtirs”, és un comentari sobre el llibre del mateix títol, escrit per Enric Vila –catalanista, precisament–, que té per objecte desmitificar, des del propi catalanisme, el personatge de Companys.
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Traducción al castellano:
3 textos para conocer a Lluís Companys, con ocasión del aniversario de su fusilamiento (15 de octubre)
El 15 de octubre de este año se cumple el 74º aniversario de la ejecución de Lluís Companys, quien fue presidente de la Generalitat de Cataluña. El régimen pujolista, en el cual todavía nos encontramos sumergidos, lo considera un héroe: el único “presidente democráticamente escogido que fue fusilado”, dicen, y por lo cual se le dedican calles y plazas en toda Cataluña. Pero la realidad es muy diferente.
Lluís Companys fue un peligro para la convivencia catalana. Cada vez más radicalizado, fue responsable de un golpe de estado contra la II República, así como responsable de numerosos asesinatos. Fue, por lo tanto, un verdugo, y no una víctima como nos quieren hacer creer.
Este blog ya ha publicado algunos artículos sobre el personaje, entre los cuales recordamos los siguientes:
1.- “Lluís Companys, ‘el pajarito’: mártir o verdugo?”, escrito por “Lo Tocagaites del Bages“, es una excelente semblanza del personaje que nos muestra su vertiente –escondida e ignorada actualmente– de verdugo de otros catalanes.
2.- “El 6 de octubre de 1934: proclamación de la República catalana por Lluís Companys”, es la reproducción de un epígrafe del libro “Otra historia de Cataluña”, de Marcel Capdeferro, referente al golpe de estado contra la II República que perpetró Companys. Fue una proclamación de risa, propia de un chiste de Gila, y acabó con Companys encarcelado.
3.- “Lluís Companys: la verdad no necesita mártires”, es un comentario sobre el libro del mismo título, escrito por Enric Vila –catalanista, precisamente–, que tiene por objeto desmitificar, desde el propio catalanismo, a Companys.
Mites i mentides del nacionalisme català 
El Sr. Companys fue un personaje nefasto de la Historia de Cataluña. No tenía ni la más minima idea de lo que era la Generalidad, la auténtica y genuina tradicional Generalidad de Cataluña que hundía sus raíces en el Medievo. Sólo el hecho de como armó al pueblo y la entrega del poder a los anarquistas, en los inicios del Alzamiento Nacional de 1936, demuestra que no fue un buen gobernante.
Cataluña tiene un gran número de personajes ilustres, en todos los órdenes, pero precisamente el Sr. Companys, por mucho que digan, no dejó de ser un mediocre, un irresponsable y un cobarde.
Concluyendo: No puede ni debe ser considerado como un modelo a imitar.
Buenas noches Eduardo Hernández:
Desde luego que Lluis Companys no tenía ni idea de la Generalitat de época medieval. Pero igual pasa con la mayoría de los catalanes y españoles en general, a los que los nacionalistas nos han imbuído una falsa idea de la misma, como aparato superior de gobierno autóctono y privativo de Cataluña. Algo que historicamente no tiene sentido.
Resulta que la institución denominada ” Generalitat” surgió en efecto a fines del siglo XIII, al designarse una comisión temporal para recaudar el tributo que las Cortes Catalanas entregaban al rey de Aragón.
Durante el siglo XIV, las Cortes designaban doce diputados, con atribuciones ejecutivas en materia fiscal, así como oidores de cuentas para controlar la administración. Esa labor contable, como “interventor”, era la función del considerado primer presidente de la Generalitat, simple y llanamente: Berenguer de Cruïlles.
En el siglo XV, se introdujo el sistema de insaculación para evitar la corrupción de las oligarquías dirigentes: Los diputados salientes elegían doce candidatos, entre los que “al azar” se elegía uno como “president”. O sea que cualquiera podría representar tal función, dependiendo de su suerte.
Por tanto, esto de la “lista” de 129 presidentes de la Generalitat, no tiene sentido por la sencilla razón de que sus funciones eran diferentes de las actuales. Salvo que Macià, Companys y los sucesivos presidents de la Generalitat, hasta el señor Artur Mas, prefieran ser confundidos con el Delegado territorial de la Agencia Tributaria en Cataluña y no con el Presidente de la autonomía.
Lo cierto es que la “Generalitat”, con las atribuciones de gobierno autónomo y competencias delegadas desde Gobierno central, la creó la II República Española. Eso es lo honesto y lo que debería admitirse oficialmente. Pues no.
Esa cesión de competencias de autogobierno desde el Estado Español, no puede ser asumida por el nacionalismo catalán determinado por sus delirios genealógicos e identitarios, por eso ha impulsado su “propia” mitología al respecto.
Por eso lo que simplemente debería denominarse “Govern Autonomic de Catalunya”, se llama pomposamente “Generalitat”. Se trata de aparentar un “abolengo” que no tiene. Además de crear la falsa ficción de “gobierno” inmemorial, confundiendo la lista de cargos medievales y modernos con los Presidents de los siglos XX y XXI, que en realidad nada tienen que ver entre sí.
En definitiva, hasta en esta cuestión de tanta responsabilidad como es el máximo órgano de gobierno de Cataluña, el nacionalismo catalán se empeña en imponer un discurso, con orígenes históricos falseados, para fomentar el “victimismo” de una nación inmemorial “oprimida” por el Estado Español.
Un atento saludo.
A mí me hizo mucha gracia leer esto que escribió sobre él Miquel Serra i Pàmies (1902-1968), un colaborador suyo:
«Le daban ataques, se tiraba de los pelos, arrojaba cosas, se quitaba la chaqueta, rasgaba la corbata, se abría la camisa. Este comportamiento era típico».
Algo bastante menos hilarante es lo que plasmó el entonces vicesecretario general del PSOE, Juan Simeón Vidarte, en su libro autobiográfico “Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español”, donde describe así su encuentro con el presidente Companys:
«Cuando le dije que hacía el viaje acompañado de un fraile, soltó una carcajada. “De esos ejemplares, aquí no quedan”».